Me pare y con una mirada brusca, la enfrente. Le dije todo lo que sentía, o al menos lo que en ese momento sentía. Le hable de los cambios, de lo "gorda" que se veía, de que el maquillaje no le venía, de que era tonta, floja y consentida. También le dije que era una mala mujer, egoísta y sin carisma, enojona, llorona y poca cosa. Le hable de la vida, de las caídas y las manos amigas , de los objetivos, de la suerte, del éxito, de los sueños... le hable de tantas cosas, pero ella ni se inmutaba. Le comente de los hombres, que no los entendía, y que si uno de ellos le hacia daño, que fuera fuerte y no llorará si no lo merecía. Entonces comenzó a llorar, le seque las lágrimas... (me dio bastante pena, fui dura con ella.)
Después de mirarla por unos segundos, y de quebrarme por esas lágrimas, le dije con voz prepotente : " Tú Familia te ama, tus amigos también, tienes una casa, tienes con que vestir, tienes para comer, tienes agua, tienes luz, tienes un destino que tu misma haz forjado, tu futuro esta en tus propias manos, eres fuerte, y lo superficial no es lo que importa... me haz dicho que eres feliz, entonces ¿ Por qué lloras?, pero no dijo nada... pensé en callar, pero esa no era la mejor salida...Le conté que una sonrisa es mejor que esa lágrima triste que caía, le recordé su infancia, sus días de escolar y sus comienzos en la universidad. Recordamos juntas nuestro pasado, nuestro presente e imaginamos el futuro que nos espera... Ella secó sus lágrimas y sonrió. Nos miramos por última vez... después que apague la luz, el espejo se quebró.
Después de mirarla por unos segundos, y de quebrarme por esas lágrimas, le dije con voz prepotente : " Tú Familia te ama, tus amigos también, tienes una casa, tienes con que vestir, tienes para comer, tienes agua, tienes luz, tienes un destino que tu misma haz forjado, tu futuro esta en tus propias manos, eres fuerte, y lo superficial no es lo que importa... me haz dicho que eres feliz, entonces ¿ Por qué lloras?, pero no dijo nada... pensé en callar, pero esa no era la mejor salida...Le conté que una sonrisa es mejor que esa lágrima triste que caía, le recordé su infancia, sus días de escolar y sus comienzos en la universidad. Recordamos juntas nuestro pasado, nuestro presente e imaginamos el futuro que nos espera... Ella secó sus lágrimas y sonrió. Nos miramos por última vez... después que apague la luz, el espejo se quebró.